El grupo alguaceño, invitado de honor en el VIII Festival Nacional de Folklore de la localidad extremeña de Malpartida de Cáceres, cosechó un notable éxito al ser despedido con grandes aplausos y elogios.
El pasado sábado, el grupo de coros y danzas EL MOLINICO ALGUACEÑO participó, como grupo invitado, en el VIII Festival Nacional de Folklore que organiza todos los años la asociación folklórica “Virgen de la Soledad” de Malpartida de Cáceres, localidad muy próxima a la capital.
Este grupo extremeño fue uno de los invitados en el XV Festival de Folklore “Villa de Alguazas” que tuvo lugar el pasado sábado 29 de mayo y que significó el pistoletazo de salida de las Fiestas Patronales 2010.
A su llegada y tras ser recibidos cariñosamente por Ignacia, Isabel, Félix y Guadalupe, componentes del grupo anfitrión, y sirviéndoles de guías, pudieron recorrer el magnífico conjunto histórico-artístico de la ciudad de Cáceres, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Después de la comida y unas horas de descanso, emprendieron viaje a Malpartida de Cáceres en donde tuvo lugar el festival a las 10 de la noche en la Casa de la Cultura.
A juicio de los aplausos recibidos, el público cacereño quedó encantado con la música, los bailes, y el colorido de los refajos de las chicas, y al final de la actuación, todo fueron felicitaciones y elogios.
Después del festival y la correspondiente cena, los componentes del grupo estuvieron divirtiéndose un buen rato en la abarrotada plaza del pueblo, en donde se desarrollaba una verbena popular, ya que se celebraba el día grande de las fiestas.
El Grupo de Coros y Danzas El Molinico Alguaceño ha mostrado en una nota su profundo agradecimiento al Grupo Virgen de la Soledad por su amabilidad y trato recibido durante toda su estancia en tierras extremeñas, donde disfrutaron de magníficas comidas y un alojamiento muy confortable.
A la mañana siguiente, los componentes de El Molinico emprendieron viaje a Toledo en donde repusieron fuerzas y pudieron ver lo más representativo de esta ciudad.
Al ir provistos de los instrumentos, improvisaron varios bailes ante la mismísima fachada principal de la Catedral de Toledo, y lugares cercanos, siendo pronto rodeados por gran número de turistas españoles y extranjeros, que gravaban con sus cámaras la actuación del grupo alguaceño, explotando en calurosos aplausos a la finalización de cada baile.