La Virgen de los Dolores abre los desfiles de la Semana Santa de Alguazas
Numerosos vecinos expresan su devoción arropando una imagen que recibe honores de escolta de la Policía Local.
Desde el año 2008 una de las cofradías pasionarias más veteranas de la Alguazas, la de Nuestra Señora de los Dolores, creada a finales del siglo XIX, protagoniza el arranque de los desfiles de la Semana Santa local. Lo hace llevando en procesión en olor de multitudes y con la escolta de los efectivos que componen la Policía Local la imagen titular de la Hermandad tallada en el año 1956 por el artista de la tierra Manuel Hurtado Garre.
Vestidos con túnicas rojas y capas y capuces azul turquesa, los nazarenos de la Dolorosa alguaceña, año a año, en el día de la onomástica de la advocación mariana, emprenden su cortejo penitencial tomando como punto de salida y culminación el emblemático Templo Parroquial de San Onofre de la localidad, monumento que, junto con la Torre Vieja de la población, ostenta la categoría de Interés Histórico-Artístico.
El acompañamiento de la imagen, que comparte patrimonio artístico en la Hermandad con la otra creación de Hurtado Garre, la de la Virgen de la Soledad, de 1970, alcanza un carácter multitudinario a tenor del ingente número de devotos que, portando velas y en riguroso silencio y respeto y con el toque institucional puesto con la presencia además de los miembros en pleno del Equipo de Gobierno del Consistorio Municipal, transitan a lo largo de dos horas por el itinerario comprendido por las calles Escuelas, Gran Vía de San Onofre, Doctor Ayala Hurtado, Mayor, General Primo de Rivera y Heredia Spínola de la Villa.
Viernes de Dolores es uno de los siete cortejos pasionarios que componen el calendario litúrgico de una Semana Santa alguaceña que, a sus rasgos de singularidad –ejemplificados en su pintorescos “baile de los santos”, “la carrera” y “caracol” del Tercio Romano-, esplendor y pulcritud, se suma su carácter multitudinario que, a fuer de masivo despliegue de vecinos y visitantes en su condición de espectadores, penitentes o nazarenos, aglutina en sus calles y plazas a miles de hombres y mujeres que hacen que estas siete jornadas de Pasión, Muerte y Resurrección del Señor sean clara expresión de religiosidad popular y uno de los más relevantes acontecimientos de cuantos reviste la vida social de la localidad.
Siete días de una tradición de masiva religiosidad popular que remonta su existencia al siglo XVI.
El desfile de las palmas el Domingo de Ramos, 13 de abril, discurriendo desde la ermita del Carmen del barrio homónimo hasta la Iglesia Mayor de San Onofre y ofreciendo la tradición de un sinnúmero de niños vestidos de hebreos y el sacerdote titular de la parroquia montado a lomos de una borrica para simbolizar la entrada de Jesucristo en Jerusalén, el Vía Crucis de Miércoles Santo –desde la citada ermita hasta el principal templo alguaceño- (16 de abril, 21:30 horas) y las procesiones del Silencio (Jueves Santo, 21:30 horas), Nuestro Padre Jesús Nazareno y Santo Entierro (Viernes Santo, a las 8:30 y 21:00 horas, respectivamente) y Encuentro y Resucitado (Domingo de Resurrección, a as 7:30 y 9:00 horas de la mañana, también de manera respectiva) engrosan igualmente el repertorio de eventos de una tradición que, remontando su existencia al siglo XVI, impregna estas jornadas de cultura, historia y arte a la vez que de devoción, recogimiento, respeto y de apoteósica final de alegría.
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